El límite de velocidad máxima permitida es de 80 km/h
El Servei Català del Trànsit (SCT) ha anunciado la puesta en marcha de un nuevo radar de tramo, elevando a 41 el número de cinemómetros de este tipo en la red viaria catalana. El dispositivo, que controla a los conductores que circulan en dirección a Barcelona por la A-2, vigila la velocidad de los vehículos entre los puntos kilométricos 563,225 y 570,127, a la altura del Bruc. En este tramo de siete kilómetros, la velocidad máxima permitida es de 80 km/h, un límite establecido para reducir la siniestralidad en una zona considerada de riesgo. La multa a pagar y la detracción de puntos dependerán de cuánto se sobrepase el límite de velocidad.
El funcionamiento de este radar es sencillo: un lector de matrículas registra los vehículos al inicio del tramo controlado y otro lo hace al final. Con base en el tiempo que tardan en recorrer ambos puntos, el sistema calcula la velocidad media a la que circulan. Si esta velocidad supera el límite permitido, descontando el margen de error aplicado, el conductor será sancionado.
Trànsit destaca la efectividad de estos sistemas de vigilancia en la mejora de la seguridad vial, ya que promueven una circulación más homogénea y evitando frenazos bruscos que pueden provocar colisiones por alcance. Además, lo consideran “un elemento disuasorio muy eficaz sobre el comportamiento de los conductores”. Este sistema se complementa con otros métodos de control convencionales, como los radares de microondas, láser y piezoeléctricos.
¿Cuántos radares hay en Catalunya?
Actualmente, Cataluña cuenta con un total de 242 cinemómetros que supervisan las carreteras, de los cuales 41 son radares de tramo. Además de estos dispositivos fijos, que registran la velocidad en ubicaciones específicas, los Mossos d'Esquadra realizan tareas de vigilancia con radares móviles. La vigilancia también se lleva a cabo desde el aire con el helicóptero del SCT, equipado con el radar Falcó.
Los radares están distribuidos tanto en vías principales como secundarias, siguiendo criterios que priorizan los puntos o tramos donde es necesario reducir la siniestralidad. Estos dispositivos han demostrado ser efectivos como elementos disuasivos para disminuir la accidentalidad. La velocidad excesiva es uno de los principales factores contribuyentes a los accidentes de tráfico. En 2023, en Cataluña, la velocidad excesiva o inadecuada fue un factor en el 10,6% de los accidentes con víctimas en vías interurbanas.
La velocidad excesiva es uno de los principales factores concurrentes de la siniestralidad viaria
El control de la velocidad en tramos con obras de infraestructura, como el caso del viaducto del A-2 en El Bruc, es fundamental para garantizar la seguridad vial. La instalación del radar de tramo coincide con la necesidad de controlar el tránsito, especialmente por la derivación de camiones de mercancías peligrosas a través del túnel, lo que aumenta el riesgo potencial de accidentes. El Servei Català de Trànsit (SCT) resalta que, bajo estas circunstancias, mantener una velocidad adecuada es esencial para evitar siniestros y mejorar la seguridad de los usuarios de la vía.
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